El taller de Antonia (ESPAÑA)
Antonia Reig dirige desde 2016 un taller de restauración de patrimonio en el edificio diocesano de la Bisbat, en centro de Palma de Mallorca. Allí son todas mujeres. Fran, Antonia, Anto… Se encargan de recuperar y devolver a su estado original piezas de gran valor pictórico, tallas, esculturas, retablos, mobiliario. Su principal cliente es la propia diócesis de la Bisbat, pero también realizan encargos privados.
El trabajo que realizan es super especializado y requiere un profundo conocimiento conocimiento tanto de las técnicas tradicionales de las artes patrimoniales como del estudio, análisis y uso de las tecnologías más avanzadas en conservación.
Su pericia y entrega al trabajo las lleva a realizar recuperaciones patrimoniales realmente complicadas. El valor patrimonial heredado en España tiene un altísimo valor cultural y poder recuperarlo a través del trabajo de profesionales cualificados no es sólo pertinente, sino un compromiso con las generaciones venideras.
En la imagen aparece Anto restaurando la talla de madera y la policromía de una virgen.






EVOLUCIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS MUJERES EN ESPAÑA
La historia de las mujeres en España es una historia de lucha, resistencia y transformación para conseguir derechos tan básicos como el acceso al mundo laboral, el voto femenino o la igualdad. Desafiar estas normas ha cuestionado las jerarquías y demostrado que el desarrollo económico y social depende de la plena participación femenina.
El acceso de las mujeres al mercado laboral es uno de los procesos sociales más transformadores del último siglo. Ha desafiado las bases tradicionales de las sociedades patriarcales, modificado las dinámicas económicas y reconfigurado la percepción de las mujeres. La Revolución Industrial fue el inicio del trabajo en fábricas en condiciones deplorables y con salarios inferiores al de los hombres. Este ingreso, colocó a las mujeres en el centro del debate sobre el trabajo, pero no fué hasta la segunda mitad del siglo XX su plena incorporación, y cuando los movimientos feministas comenzaron a exigir igualdad de oportunidades, salarios y derechos. A partir de los años 60 y 70, el acceso a la educación superior, la legalización de métodos anticonceptivos y la implementación de políticas de igualdad ampliaron significativamente las opciones laborales para las mujeres.
La proclamación de la Segunda República en 1931 incluyó por primera vez en la historia de España el sufragio femenino, permitiendo que las mujeres votaran en las elecciones generales de 1933. La figura clave de este momento fue Clara Campoamor, diputada y abogada, que defendió ferozmente la participación política de las mujeres. Sin embargo, la alegría fue breve. La Guerra Civil española (1936-1939) y la posterior dictadura de Francisco Franco significaron un retroceso drástico en los derechos de las mujeres. Durante el franquismo, el papel de la mujer se redujo a la esfera doméstica, bajo una ideología que exaltaba la maternidad y la obediencia. La postguerra fué especialmente dura para las mujeres que necesitaron el permiso de sus maridos para trabajar, viajar, e incluso abrir una cuenta bancaria. El Código Civil de 1958 cristalizó esta situación, reforzando la dependencia legal y social de las mujeres.
No obstante, las mujeres no dejaron de luchar. En la sombra de la represión, muchas españolas continuaron formándose, trabajando en empleos mal pagados y participando en movimientos clandestinos que buscaban liberar a España de la dictadura. Fue durante los últimos años del franquismo cuando empezaron a surgir organizaciones feministas, aunque su actividad estaba restringida y perseguida por el régimen. No fué hasta la muerte de Fanco en 1975 y la Constitución del 1978 que la mujeres recuperaron el control sobre sus vidas y la posibilidad de trabajar sin permiso de sus maridos, el acceso a la educación en condiciones de igualdad y la libertad para decidir sobre su propio cuerpo.
En la década de 1980, durante gobierno socialista se introdujeron medidas para impulsar la participación de las mujeres en el mundo laboral y en la política, pero no fué hasta 2007 que se aprobó la Ley Orgnánica de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres. Esta ley marcó un cambio profundo en la forma en que España abordaba la desigualdad de género, promoviendo la paridad en el ámbito laboral, político y social. La ley introdujo medidas para combatir la discriminación en el empleo, asegurar una mayor representación de mujeres en la vida política y pública, y avanzar en la lucha contra la violencia de género.
El aumento de mujeres en posiciones de poder en los años siguientes fue notorio. En 2018, el gobierno de Pedro Sánchez alcanzó un hito histórico al formar un gabinete compuesto por un 65% de mujeres, una de las proporciones más altas del mundo. Este hecho subrayó el camino recorrido, aunque la paridad en sectores como la ciencia, la tecnología y la empresa sigue siendo un reto a superar.
UNA VICTORIA EN PROCESO
A pesar de los avances legislativos, la realidad laboral para las mujeres en España sigue presentando desigualdades significativas. Las mujeres han ganado terreno en el acceso a empleos cualificados y en la educación superior, donde representan más del 50% de los estudiantes universitarios. Sin embargo, la brecha salarial sigue siendo un problema endémico. En promedio, las mujeres en España ganan un 20% menos que los hombres, una brecha que se acentúa aún más en sectores como la tecnología y la ingeniería.
Además, el techo de cristal sigue siendo una barrera difícil de romper para muchas mujeres en posiciones de liderazgo. Las cifras de mujeres en los consejos de administración de las empresas del IBEX 35, aunque en crecimiento, aún están lejos de reflejar una paridad real.
La violencia de género es una herida abierta en la sociedad española. La Ley Integral contra la Violencia de Género, aprobada en 2004, ha sido un instrumento crucial para proteger a las mujeres y sensibilizar a la sociedad, pero el problema sigue siendo alarmante. Solo en 2023, más de 40 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas.
Además, las nuevas formas de discriminación, como el acoso digital y la falta de conciliación entre la vida laboral y personal, son problemas que aún deben ser abordados. Las mujeres, especialmente las más jóvenes, enfrentan retos en la era digital que incluyen el acoso en redes sociales, la brecha tecnológica y la cosificación en los medios de comunicación.
Lejos de completarse, la igualdad real exige no solo la representación de las mujeres en todos los ámbios de la vida pública, sino también redistribución equitativa del poder, las responsabilidades y sobre todo el respeto.
INDICADORES EN ESPAÑA
España es un país de Europa Occidental con una de las economías más grandes de la zona euro. Con una historia y cultura ricas y un sistema político descentralizado, España ha sido un importante actor en la Unión Europea. Sin embargo, su economía ha sido desafiada en los últimos años por la crisis financiera de 2008, la pandemia de COVID-19 y las desigualdades sociales, a pesar de las reformas implementadas. En cuanto a los derechos de género y la equidad social, el país ha realizado avances, pero aún persisten algunas disparidades.
1. Indicadores Económicos World Bank
PIB (Producto Interno Bruto): En 2023, el PIB de España fue de US$ 1.45 billones. Aunque el país ha mostrado signos de recuperación tras la pandemia, con una tasa de crecimiento del 2.1% prevista para 2024, la recuperación se ha visto afectada por la inflación y los desafíos en sectores clave como el turismo y la construcción.
Pobreza: Aproximadamente el 20.7% de la población española se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social (tasa AROPE) en 2022. Las disparidades regionales son notables, con mayores tasas de pobreza en regiones del sur como Andalucía y Extremadura, mientras que las áreas del norte y Madrid presentan niveles más bajos.
Desempleo: La tasa de desempleo en España sigue siendo una de las más altas de la UE, situándose en 12.7% en 2023. El desempleo juvenil es aún más elevado, con una tasa del 29.3%, lo que refleja los desafíos estructurales que tieene que abordar el mercado laboral español.
Inflación: En 2023, España experimentó una tasa de inflación promedio del 4.7%, impulsada por el aumento en los precios de los alimentos y la energía, en parte debido a las repercusiones del conflicto en Ucrania y la inestabilidad energética global.
2. Indicadores Sociales World Bank INE – España en Cifras
Esperanza de vida: España tiene una de las esperanzas de vida más altas del mundo, con 83.4 años en 2022. El acceso a un sistema de salud público gratuito ha sido un factor clave en la mejora de los indicadores de salud, aunque el envejecimiento de la población presenta desafíos para el sistema de pensiones y la atención a largo plazo.
Tasa de mortalidad infantil: La tasa de mortalidad infantil es baja, con 2.7 muertes por cada 1.000 nacidos vivos en 2022, situando a España entre los países con los mejores resultados en salud materno-infantil a nivel mundial.
Acceso a la educación: España tiene una alta tasa de alfabetización, superior al 98%, y un sistema educativo público accesible en todos los niveles. Sin embargo, el abandono escolar temprano sigue siendo un problema, con una tasa del 13.3% en 2022, una de las más altas de la UE. Las diferencias regionales en la calidad de la educación y el desempleo juvenil son desafíos importantes.
3. Indicadores de Género World Bank WEF – Global Gender Gap Report
Desiguald de género: En 2022, España ocupó el puesto 17 en el Índice Global de Brecha de Género del Foro Económico Mundial. El país ha hecho avances significativos en cuanto a la igualdad de género, pero persisten diferencias en las tasas de participación en el empleo, la brecha salarial de género y el acceso a cargos de liderazgo, con una brecha salarial del 9.4%.
Violencia de género: La violencia de género sigue siendo una problemática social seria en España. En 2022, se reportaron 40.5 incidentes por cada 100.000 mujeres relacionadas con violencia doméstica. El gobierno ha implementado múltiples leyes para combatir la violencia de género, pero la implementación efectiva y el apoyo a las víctimas siguen siendo áreas de mejora.
Maternidad infantil y matrimonio precoz: El matrimonio infantil es raro en España debido a la fuerte legislación que lo prohíbe. La tasa de fecundidad adolescente es baja, con 6 nacimientos por cada 1.000 adolescentes en 2022, una de las más bajas de Europa. Sin embargo, las tasas generales de natalidad han disminuido, con una baja tasa de fecundidad de 1.19 hijos por mujer en 2022.
Participación política de las mujeres: La participación de las mujeres en la política ha mejorado notablemente en las últimas décadas. En 2022, las mujeres representaban el 44% de los escaños en el Congreso de los Diputados, una de las más altas proporciones de la UE. Sin embargo, en el ámbito empresarial y de la alta dirección, las mujeres siguen subrepresentadas.
Resumen:
España es un país desarrollado con una economía diversa y fuerte, aunque enfrenta desafíos en términos de desempleo estructural, inflación y desigualdad social. A nivel de género, se han logrado grandes avances, pero persisten disparidades salariales y desafíos en la lucha contra la violencia de género. La baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población plantean importantes desafíos demográficos a futuro.