Vinila y Carmen. Armas de poder (ESPAÑA)

Estas imágenes está tomadas durante dos rodajes en los que participan como protagonistasl Irente (Vinila von Bismark) y Carmen (encarnando a Bernarda Alba).

En el primero el rodaje se realizó en parte dentro de la iglesia abandonada de Tablate para el videoclip «El quejío nazarí», un homenaje irreverente a la figura de Boabdil. 

El segundo se realizó entre otras ubicaciones en la casa natal de Federico García Lorca en Fuente Vaqueros para el corto de ficción dirigido por Jorge Pastor, «La rebelión de Bernarda», en la que al final se reconcilia con Federico. 

Irene y Carmen son dos mujeres fuertes, que se han hecho a sí mismas y que han conseguido destacar en un entorno en el que han encontrado muchas dificultades, superando tabúes y convencionalismos sociales asociados a una sociedad con aún un fuerte sentimiento patriarcal. 

ARMAS DE PODER

El poder femenino ha adoptado formas diversas moldeado por la resistencia, la adaptación y las imposiciones culturales. Estas dos imágenes exploran la multiplicidad de ese poder, desafiando la noción de que existe un único concepto universal de fuerza. Representan estrategias distintas de mujeres que reclaman su lugar en el mundo, redefiniendo su identidad y existencia dentro de sistemas que han intentado limitarlas.

La primera figura encarna la rebeldía. Representada por Vinila Von Bismark, esta mujer desafía abiertamente las normas que históricamente han utilizado su cuerpo como herramienta de control. Con su sexualidad como bandera, su actitud desbordante de autoafirmación visibiliza aquello que el sistema intenta ocultar: la libertad, el deseo y el dominio de su propia narrativa. No teme al juicio social; lo enfrenta, reescribiendo las reglas que dictan su lugar y desmontando las inseguridades impuestas por una sociedad patriarcal.

Su cuerpo no es pasivo ni decorativo: es un grito audaz de autonomía, una declaración que recuerda a figuras como Cleopatra, que utilizó su inteligencia y carisma para moldear la política de su tiempo. También evoca a Josephine Baker, quien desafiaba las percepciones racistas y patriarcales de los años 20, convirtiendo su cuerpo en un vehículo de expresión artística y política. Como ellas, Vinila canaliza aquello que se ha considerado débil o pecaminoso en una fuente de poder.

Sin embargo, esta estrategia no está exenta de riesgos. Al desafiar las normas, la mujer rebelde enfrenta el peligro de ser reducida a un símbolo, perdiendo la complejidad de sus luchas internas. Su fortaleza inspira, pero también revela el precio de enfrentarse directamente a estructuras opresivas.

En contraste, Carmen Ruiz-Mignorance encarna a Bernarda Alba, una mujer que opera dentro de los márgenes de un sistema restrictivo. Resignada a un mundo diseñado por y para hombres, Bernarda ejerce su poder dentro de los límites que este le impone. Su autoridad no surge de la confrontación directa, sino de la aceptación estratégica de su rol y la explotación meticulosa de su espacio. Ella se encierra en su casa, un microcosmos femenino donde impone jerarquías que reflejan las opresiones externas. Su fuerza, aunque efectiva, lleva las marcas del sometimiento al orden patriarcal.

Esta actitud recuerda a figuras históricas como Isabel I de Inglaterra, «la Reina Virgen», que convirtió su celibato forzado en una narrativa de poder y autoridad. También evoca a las matriarcas rurales, que, aunque subordinadas al patriarcado, ejercen un control absoluto dentro del hogar. Mujeres como Catalina de Médici, que manipularon la política desde las sombras, son ejemplos de cómo el poder adaptativo puede ser igual de influyente, aunque sea menos visible.

DOS ESTRATEGIAS, UN MISMO OBJETIVO

Estos arquetipos de poder femenino —la rebelión y la adaptación— comparten un hilo conductor: la lucha por la identidad, la dignidad y el control en un mundo que ha intentado silenciarlas o moldearlas. Juana de Arco lideró ejércitos desafiando las expectativas de género, mientras que otras, como Emma Bovary o Anna Karenina, buscaron romper las normas sociales, enfrentando consecuencias trágicas. En contraste, las matriarcas literarias de García Márquez personifican un poder doméstico sólido y persistente, arraigado en estructuras conocidas.

Ambas estrategias son respuestas a una misma lucha: la búsqueda de identidad, dignidad y control en un mundo que históricamente ha intentado silenciarlas o moldearlas. La rebelde mira hacia adelante, imaginando un mundo diferente, mientras la estratega encuentra seguridad en lo conocido, aunque sea imperfecto. Ninguna está libre de contradicciones, la inseguridad, fantasma que acompaña todas las formas de poder, late bajo la superficiepero ambas demuestran la increíble capacidad de las mujeres para navegar contextos adversos y reclamar su lugar en el mundo.

Estas figuras nos invitan a cuestionar nuestras percepciones del poder. ¿Qué entendemos por fuerza? ¿Qué formas celebramos y cuáles juzgamos? En última instancia, nos obligan a imaginar un futuro donde estas elecciones ya no sean necesarias, donde el poder femenino no deba definirse en oposición a un sistema opresor. Hasta entonces, sus historias son testimonio de la resiliencia, creatividad y capacidad de las mujeres para adaptarse, resistir y reclamar su identidad frente a la adversidad.

Imagen Vinila Von Bismark

Imagen Carmen Ruiz

INDICADORES EN ESPAÑA

España es un país de Europa Occidental con una de las economías más grandes de la zona euro. Con una historia y cultura ricas y un sistema político descentralizado, España ha sido un importante actor en la Unión Europea. Sin embargo, su economía ha sido desafiada en los últimos años por la crisis financiera de 2008, la pandemia de COVID-19 y las desigualdades sociales, a pesar de las reformas implementadas. En cuanto a los derechos de género y la equidad social, el país ha realizado avances, pero aún persisten algunas disparidades.

1. Indicadores Económicos World Bank

2. Indicadores Sociales World Bank INE – España en Cifras

3. Indicadores de Género World Bank WEF – Global Gender Gap Report

 

Resumen:

España es un país desarrollado con una economía diversa y fuerte, aunque enfrenta desafíos en términos de desempleo estructural, inflación y desigualdad social. A nivel de género, se han logrado grandes avances, pero persisten disparidades salariales y desafíos en la lucha contra la violencia de género. La baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población plantean importantes desafíos demográficos a futuro.